Comparten maquilladores, peluqueros, diseñadores y sin saberlo hasta el forense que les ha practicado la autopsia tras su muerte.
El forense japonés Thomas T. Noguchi, conocido como el "forense de las estrellas" tuvo entre sus manos el corazón sin latido de la incombustible Marilyn Monroe, el destrozado hígado del seductor William Holden o el maltrecho cuerpo de Sharon Tate y su bebé acribillado a puñaladas tras su brutal asesinato por el enfermo Charles Manson.
Ahora y casi veinticinco años después de su publicación algunos de los secretos de las autopsias más famosas practicadas por este forense podrán ser conocidos por el público español con la re-edición del libro "Cadáveres exquisitos", escrito por el propio Noguchi, que fue jefe del departamento forense de Los Ángeles desde 1961 a 1982 y al que destituyeron un año después por su gran afición a los flases.
Citando a Petrarca en la autopsia de la Monroe dijo que "en su rostro la muerte era belleza" y que su fallecimiento se había producido a una ingesta de Nembutal e hidrato de cloral, ¿suicidio o asesinato?...para él ambas opciones eran posibles; de la muerte de la Wood dijo que se había producido por ahogamiento debido a que iba extremadamente borracha cuando cayó del yate donde estaba junto a su marido, el también actor Robert Wagner, y que probablemente los más de quince kilos que podía pesar el plumón mojado con el que se abrigaba esa noche hicieron que la prota de West Side Story no pudiera salir a flote tras su caída; o la triste muerte de William Holden tras una fortuita caída en su casa golpeándose con el canto de una mesa, borracho y vestido tan sólo con la parte superior de su pijama hicieron que algunos de los amigos del actor se encarasen con Noguchi por haber desvelado un dato, que a su parecer, tendría que haber quedado guardado y en el olvido.
Un libro cargado de polémica sin lugar a dudas...
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