Clicks!!! - No sin mi hija, ha muerto Debbie Reynolds...

Dicen que lo peor que le puede pasar a unos padres es ver morir a un hijo, y eso es probablemente lo que le ha sucedido a Debbie Reynolds.
La actriz de 84 años murió ayer, a consecuencia de un derrame cerebral, un día después de su hija Carrie Fisher, la inolvidable princesa Leia de la saga de "La Guerra de las Galaxias".
Carrie, de 60 años, volvía de un periplo europeo de presentación de su libro a celebrar las Navidades con su familia cuando un fulminante ataque al corazón la sorprendió en el vuelo que la llevaba desde Londres a Los Ángeles; a pesar de poderla estabilizar medicamente hasta su llegada a EUA nada se pudo hacer por salvarle la vida y falleció el martes pasado. 
Su madre, junto a su hermano Todd, ambos hijos del matrimonio frustado de la Reynolds con Eddie Fisher, quién la abandonó para casarse con Liz Taylor, se encontraban preparando los funerales de Carrie cuando la actriz empezó a sentirse mal.
Triste casualidad que la muerte de ambas se haya producido en tan corto espacio de tiempo y tras firmar la paz en una relación madre e hija que no había sido todo lo buena que debía ser y tras haberse reencontrado ambas hace unos años para arreglar esas desavenencias que Carrie plasmó en su libro autobiográfico "Postales desde el filo" que se llevó a la gran pantalla con las actrices Shirley Maclaine y Meryl Streep interpretando a Reynolds y Fisher respectivamente.
Reynolds nació en la localidad tejana de el Paso en 1932 y debutó con sólo 20 años junto a Gene Kelly, Stanley Donen y Cyd Charisse en "Cantando bajo la lluvia".
Protagonizó hasta finales de los 60 una treintena de musicales y comedias. Donen la volvió a dirigir en "Tres chicas con suerte", "Las tres noches de Susana", "Say one for me", "La pícara edad", "Adiós, Charlie" y "La conquista del Oeste"
Se casó en dos ocasiones más con Harry Karl y Richard Hamlett.
DEP

Muere Zsa Zsa Gabor, primera celebrity de Hollywood

La actriz Zsa Zsa Gabor ha muerto este domingo en Los Ángeles a los 99 años por una parada cardiaca, tras años de lucha con la enfermedad y posteriores complicaciones que postraron a una leyenda del Hollywood clásico y una de las primeras estrellas que fue más grande en la vida real que en la pantalla. Más conocida por sus nueve matrimonios y por su vida social, se la considera una precursora de las actuales "celebrities".
La actriz, que iba a cumplir 100 años en febrero, nació en 1917 en Hungría y llegó a Hollywood tras los pasos de su hermana Eva, para labrarse una inmensa fama y tras ganar el concurso de belleza de Miss Hungría en 1936. 
Fue la mediana de tres hermanas e hija de un militar y una joyera; sus hermanas Magda y Eva fallecieron ya en la década de los 90.
Su primer gran éxito en el cine fue "Moulin Rouge" de John Houston, a la que siguieron "Lili", "La Chica del Kremlin" o "Touch of Evil" fueron algunos de sus otros éxitos de taquilla.
Gabor también se hizo un nombre en la televisión con sus apariciones en series como "Bonanza", "Batman" o "As the World Turns"
Una de sus últimas apariciones fue en la serie "El príncipe de Bel-Air".
Más conocida por su vida personal, se llegó a casar en nueve ocasiones, que por su carrera como actriz su matrimonio más duradero fue el último, con el misterioso príncipe alemán Frederick von Anhalt, del que se rumoreaba que había estado al menos quince veces en proceses judiciales. Ambos contrajeron matrimonio en 1986 y han seguido casados hasta la muerte de la actriz.
En 1992 publicó sus memorias, 'Una vida no es suficiente', con jugosas revelaciones sobre sus maridos y amantes. 

Los 100 años de Kirk Douglas

El legendario Kirk Douglas cumple este viernes 100 años, una efeméride imposible que celebrará con una fiesta para unos 200 invitados en casa de su hijo Michael Douglas y su nuera Catherine Zeta Jones.
Issur Danielovitch, como le pusieron sus padres al futuro actor, director y productor, nació en Nueva York durante la primera guerra mundial. Sus padres eran inmigrantes judíos de la Bielorrusia soviética y se crio con seis hermanas en un hogar pobre, con elyiddish como lengua materna. Su padre era trapero y nunca prestó demasiada atención a los niños. El actor ha contado alguna vez que la primera vez que actuó, en la guardería, su padre le compró por primera vez un helado y aquel helado significó mucho más que todos los premios que recibió durante su carrera. “Desde aquel día decidí que sería actor”, dijo en una entrevista. 

Atrás queda una carrera extraordinariamente prolífica y salpicada de clásicos, con más de 90 películas que atraviesan toda clase de géneros, desde el cine épico "Espartaco", "Ulises", "Los vikingos", "El ídolo de barro", "Senderos de gloria", "Duelo de titanes", "Camino de la horca" o "Retorno al pasado". 
Posee un Óscar conmemorativo a su carrera, después de tres nominaciones que quedaron en nada así como dos Globos de Oro.
La edad y la cirugía estética han difuminado el esplendor de aquel físico portentoso que conquistó al público e hizo perder la cabeza a más de una de las actrices de la época.
Tuvo líos con Marlene Dietrich, Joan Crawford o Rita Hayworth. 
Y cuenta la leyenda que tras acostarse con 29 mujeres durante otras tantas noches buscó tratamiento contra la impotencia al tener dificultades con la trigésima. 
Poco antes de alistarse en la marina para servir en la segunda guerra mundial, adoptó el nombre de Kirk Douglas y poco después se casó con la actriz Diana Dill. En 1946 debutó en la gran pantalla.
En 1960 creo su propia productora y debutó con "Espartaco", un film con el que se atrevió a desafiar la censura del senador John McCarthy y su lista negra para purgar a los comunistas y socialistas de Hollywood. 
Ya siendo un hombre maduro, el actor sobrevivió a un accidente de helicóptero en 1991 y perdió a su hijo Eric por una sobredosis accidental en 2004.  
Entre medio sufrió la apoplejía que le dejó temporalmente mudo. Pero como aquel esclavo tracio que desafió al Imperio Romano nunca se rindió a la tragedia y recuerda con cierta nostalgia los días de aquel Hollywood de los grandes estudios, suficientemente cobardes para sucumbir a las presiones de la censura, pero capaces de mantener el indispensable halo romántico del artista.