Hoy se cumplen veinte años de la muerte de uno de los grandes mitos femeninos del cine clásico de Hollywood, Greta Garbo.
La actriz sueca fallecía tal día como hoy en la ciudad de Nueva York a los 85 años víctima de una neumonía y en el más profundo anonimato producido por su temprana retirada del mundo del celuloíde en 1940 tras casi treinta y cinco años de carrera.
Dejaba tras de si una larga trayectoría cinematográfica con títulos tan conocidos como Anna Karenina, Camille, Ninotchka, Margarita Gautier, La reina Cristina de Suecia, La saga de Gösta Berling, etc.
La celebración del décimo aniversario de su muerte fue muy mencionada en los medios de comunicación, pues salían a la luz por petición de la poetisa Mercedes de Acosta, las cartas que ambas se intercambiaron durante años y con las que forjaron una gran amistad que algunos interpretaron como una relación amorosa que nunca existió tal como se revelaba en algunos de los escritos y a pesar de que Garbo era bisexual y de Acosta era lesbiana.
Nunca se casó, era una persona solitaria, adoraba a Gary Cooper (con quién nunca pudo rodar un film) y no podía ni ver a Clark Gable.
Sus restos descansan en el cementerio sueco de Skogskyrkogarden.
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