Tarzán: 100 años del grito de la selva

"Tenía 35 años cuando empecé a escribir las historias de Tarzán" comentaba siempre su autor Edgar Rice Burroughs un vendedor americano que dedicaba sus tardes libres a escribir novelas por pura necesidad financiera.
Rice no podía ni imaginar que el personaje que había creado en Octubre de 1912 se convertiría en un héroe y que llegaría a cumplir un centenario de vida este 2012.
La historia del niño huérfano criado por los simios y convertido en Rey de la Jungla se publicó primero en una revista estadounidense. Dos años más tarde, en 1914, salió la edición en libro, a la que siguieron varias secuelas, y todas fueron traducidas a varios idiomas. Burroughs, que nació en 1875, recibió por el primer manuscrito un cheque de 700 dólares, pero pronto fundó su propia editorial y, entre otras historias, siempre inventó nuevas aventuras para el musculoso héroe.
Tarzán, cuyo nombre de pila es John Clayton III, era hijo de una pareja de aristócratas británicos. Tras un motín en un barco, la familia queda abandonada en una costa africana y pronto los padres mueren. Pero un grupo de monos, Burroughs nunca aclaró qué especie, recoge al bebé y lo cría como un hijo. Los simios le dan un nombre, que en la lengua inventada por el autor significa piel blanca.
Así, Tarzán aprende a trepar, moverse de liana en liana, dormir en las copas de los árboles y alimentarse de carne cruda. Se viste con apenas un taparrabos de cuero y lleva un cuchillo como única arma. Al final, encuentra por casualidad a Jane, hija de un científico, y se enamora de ella. Juntos regresan a la civilización, pero él nunca se siente a gusto allí y regresa, una y otra vez, a la selva.
El héroe del cómic fue llevado también a la gran pantalla donde actores como Johnny Weissmuller o Christopher Lambert le dieron vida desde 1932.
Pese al éxito de su personaje, Burroughs nunca ganó mucho dinero. Murió en 1950, y fue enterrado en un terreno en California que compró, al que llamó Tarzana.

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