"¿Como debe sentirse una mujer que ha esperado media vida a que el hombre de sus sueños la venga a buscar para empezar una nueva con su hija?"...
Esta pregunta probablemente se la habrá hecho en más de una ocasión la actriz Deana Jurgens, hija de la actriz húngara Eva Bartok y "supuestamente" del actor y cantante Frank Sinatra.
Deana no tuvo ocasión de poder hablar con su madre sobre este asunto en 1998, año de su fallecimiento, porque se enteró del deceso días después; lo único que puede hacer son sus propias conjeturas cada vez que lee el único documento que tiene en su poder: un telegrama enviado por Sinatra a la Bartok con un escueto "gracias" fechado el día de su nacimiento en 1957 y que no hace más que avivar aún más la polémica. Y es que es por todos sabido que Bartok reclamó en numerosas ocasiones la paternidad de la niña, tanto a Sinatra como a su familia, quiénes siempre hicieron oídos sordos.
Y es que la vida de la Bartok fue como el guión de una de sus películas; nacida en Budapest empezó en la meca del cine por su atractivo físico y su vivacidad mental que la catapultaron enseguida al podio de los famosos. En más de una ocasión confesó que su físico se lo dío y se lo arrebató todo en la vida.
Protagonizó films con los actores de más renombre de la época (Burt Lancaster, Dean Martin, entre otros), vivió un largo idílio con el Marqués de Milford Haven (primo del marido de la reina Isabel II), se casó en cuatro ocasiones (una de ellas con el actor alemán Curt Jurgens quién adoptó legalmente a la pequeña), se retiró del cine a los cuarenta años y acabó sus días en Londres viviendo de hotel en hotel, acumulando grandes deudas y llevando como única compañía dos bolsas de plástico con los trajes apolillados de su época de esplendor.
Sinatra le prometió que volvería, eso la mantuvo con vida hasta Mayo del 98, cuando éste falleció; ella moría tres meses después. La promesa no se cumplió...
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