Capote no quería a la Hepburn

Quería a Marilyn y no a Audrey porque el personaje de Holly Golightly hubiera sido "sólo una puta". Eso es lo que opinaba Truman Capote de que la protagonista femenina de "Desayuno con Diamantes" fuera la angelical Audrey Hepburn y no la despampanante Marilyn Monroe.
Esta es una de algunas malas vibraciones de las películas más influyentes de la historia y que se recogen en el libro "Fifth Avenue 5 a.m" de Sam Wesson de Harper Studio.
Para Trapote el film había sido tan influyente e importante como "Psicosis", posterior a esta, pero la interpretación por parte de la "santa Audrey" la había arruinado notablemente porque la protagonista real no se correspondía en absoluto con la protagonista ficticia.
Además la Hepburn odiaba las pastas que tenía que comerse frente al escaparate de la joyería Tiffany's, cuya escena da inicio a la película, y muchos telespectadores no entendían que el gran Mickey Rooney acabara siendo el vecino japonés cascarrabias de la dulce Holly y el atractivo Paul.
Sin lugar a dudas acabará siendo lo mejor del film la aparición "estelar" del gran José Luis de Villalonga...

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