Los ojos violeta del cine de Hollywood se han apagado esta mañana en el hospital Cedars Sinai de Los Ángeles; la actriz Liz Taylor moría a los 79 años, rodeada de sus cuatro hijos, en el centro hospitalario tras permanecer ingresada casi seis semanas por problemas cardíacos.
"Mi madre fue una mujer extraordinaria, que vivió la vida con total intensidad", decía Michael Wilding, su hijo, delante de la prensa.
Su carrera cinematográfica empezó cuando tan sólo tenía nueve años; protagonizó films tan conocidos como Mujercitas, Cleopatra, Gigante, La gata sobre el tejado de zinc, La senda de los elefantes o Quién teme a Virginia Woolf?, por la que ganó uno de sus dos Oscar.
Las vitrinas de su casa también albergaban varios Bafta y Globos de Oro.
Su vida sentimental fue tan agitada como su carrera como actriz: ocho matrimonios fracasados, entre ellos los de Richard Burton y Eddie Fisher, el marido de Debbie Reynolds, su mejor amiga y problemas con el alcohol que le conllevaron a achaques de salud: caídas de caballo, cáncer, traqueotomía, etc., mermaron su estado físico antes de tiempo; eso si, sin quitarle ni un ápice de su belleza y elegancia.
Se vanagloriaba de ser amiga de sus amigos, entre ellos Rock Hudson, a quién apoyó cuando comunicó que estaba enfermo de SIDA y que murió junto a ella y el recientemente fallecido Michael Jackson, al que siempre defendió de los "supuestos" abusos sexuales de los que fue acusado.
DEP
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